HOMO ANTECESSOR
Europa a partir de hace casi un millón de años
Europa a partir de hace casi un millón de años
A) La vía de entrada en Europa.
Hace 6,5 millones de años África y Europa estuvieron en contacto en varios puntos geográficos (como por ejemplo por el estrecho de Gibraltar) debido a la desecación parcial de la cuenca mediterránea. Desde entonces no se ha producido una desecación tan crítica del mar Mediterráneo que de lugar a un puente biogeográfico entre ambos continentes, ni tan siquiera durante las glaciaciones cuando el nivel del mar llegaba a descender más de 100 m respecto del nivel actual, dado que el fondo oceánico del estrecho de Gibraltar tiene una cota mínima de unos 600 m. Este argumento hace poco probable que los humanos hayan alcanzado Europa cruzado el estrecho de Gibraltar ya que habrían tenido que recurrir a la navegación, que incluso hoy en día resulta ser una aventura peligrosa. La hipótesis más defendida es que viajaran por el extremo oriental de Europa hace como mínimo 800.000 años, ya que en la parte más occidental ya estaban bien asentados en ese tiempo (como lo demuestran los fósiles humanos recuperados en los años 1994 y 1995 en el yacimiento de la Gran Dolina, en la Sierra de Atapuerca, Burgos).
B) Las primeras ocupaciones humanas europeas hace un millón de años: Homo antecessor.
Los fósiles humanos de la Gran Dolina (Atapuerca) no pertenecen a la especie Homo erectus, de la que se distinguen por numerosos rasgos de su anatomía, ni tampoco son de la especie africana Homo ergaster. Sus ras-gos morfológicos son peculiares y exclusivos, y por esa razón sus descubridores consideraron necesaria la crea-ción de una nueva especie que describiera este "nuevo" tipo humano: Homo antecessor. La hipótesis de sus creadores defiende que esta especie debió aparecer en África (donde existe un gran vacío de fósiles de esa edad) en un momento posterior a la salida de Homo erectus, es decir entre hace 1,5 y 1 millón de años. Poco después de su origen, una parte de la población de Homo antecessor salió de África y llegó a Europa.
No se conocen restos de Homo antecessor fuera del yacimiento de Atapuerca, aunque el cráneo de Ceprano (Italia) es considerado un buen candidato. En cualquier caso, la propuesta de los autores que estudian los restos fósiles de esta especie es que las dos poblaciones de Homo antecessor, la (hipotética) africana y la europea, habrían evolucionado desde entonces por separado siguiendo caminos diferentes, dando lugar a las dos humanidades, los neandertales en Europa y nuestra propia especie en África.
Los rasgos que caracterizan los restos fósiles faciales y del neurocraneo del Homo antecessor procedentes del nivel 6 de La Gran Dolina son los siguientes: los rasgos que definen la mandíbula tienen un patrón de tamaño y forma intermedio entre dos grupos de Homo, los "primitivos" y los "evolucionados", los primeros incluyen a los africanos y asiáticos del Pleistoceno inferior con mandíbulas robustas, los segundos son los neandertales y cromañones con mandíbulas más gráciles; los caninos de TD6 son grandes (especialmente el superior) que es un rasgo primitivo, pero ya se aprecia una reducción de la longitud respecto a las formas africanas de Homo ergaster; los primeros y segundos molares inferiores tienen un tamaño grande, pero el tercer molar ya muestra cierta reducción; los premolares de los homínidos de Gran Dolina tienen raíces dobles, que es un rasgo primitivo (los neandertales y humanos modernos las tienen simples); la estimación del tamaño del cerebro de TD6 sugiere más de 1.000 cc., siendo pues superior a Homo ergaster así como a la mayoría de los H. erectus asiáticos (los más primitivos); el hueso frontal tiene un reborde óseo sobre las órbitas (torus supraorbitario) está bien desarrollado y claramente separado de la frente por una depresión, otro rasgo llamativo del torus es la forma de doble arco siguiendo la forma de las órbitas, que en los fósiles de H. erectus de Java y China es recto, por lo que el fósil de TD6 conserva la forma primitiva; el esqueleto facial presenta rasgos muy modernos, ya que en las anteriores especies de Homo (H. habilis, H. ergaster y H. erectus), el esqueleto facial es muy plano y, por el contrario, nuestra cara, al igual que el fósil de unindividuo joven de la Dolina, posee unos rasgos que le proporcionan "relieves", las características de los huesos maxilar y zigomático hacen pensar que las mejillas de la cara de Homo antecessor quedarían excavadas por debajo de unos pómulos resaltados.
Diapositiva de Homo antecessor
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